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IV Café Mediación: Innovación y emprendimiento - Relatoría

Reunidos en la Quinta del Sordo el 27 de octubre de 2016, comienza nuestro IV Café Mediación con el título: “Innovar en cultura. Nuevos retos para el emprendimiento.

Yolanda introduce la labor de AMECUM y este café mediación como una de las actividades de la asociación, cuyos objetivos son los de debatir y pensar en colectivo, y generar redes entre profesionales del sector cultural.

A continuación se da paso a Javier, quien dirige la Quinta del Sordo, y que nos explica las ideas de base que definen el proyecto: se trata de un espacio de coworking dedicado al área cultural, con un carácter multidisciplinar y compuesto por talleres de diferentes profesionales de la creación como artistas, artesanos o diseñadores. Pero también es un espacio de intercambio en el que compartir saberes y en el que se combina la producción con la gestión cultural, albergando, entre otras propuestas culturales, exposiciones de artes visuales.

El proyecto se encuentra en una fase de expansión y recientemente se ha alquilado un local contiguo que ya ha comenzado a activarse con proyectos expositivos de carácter experimental, como el festival de video arte Proyector o la exposición de los artistas residentes en Intercambiador ACART. Otra de las iniciativas que se ha llevado a cabo para impulsar este nuevo espacio es la convocatoria de becas desde las que se cede temporalmente un puesto de trabajo en la Quinta del Sordo de manera gratuita a los profesionales seleccionados.

Tras esta presentación, uno de los asistentes pregunta sobre el posicionamiento de un espacio como este, definido desde una posición independiente, frente al mercado del arte. Javier destaca que lo principal es trabajar por generar una producción interesante, asumiendo y enfrentado siempre la complejidad que conlleva atraer interés y generar públicos. Señala también que estas mismas cuestiones de calidad y riqueza en la producción, coherencia y continuidad, deben ser enfrentadas igualmente por las instituciones culturales en todo momento.

También subraya la riqueza de espacios independientes que en la actualidad pueden encontrarse en Madrid, a pesar de las grandes dificultades - económicas principalmente - a las que deben enfrentarse para mantenerse en el tiempo, y menciona algunos de los proyectos que, a pesar de su gran calidad e interés, han tenido que finalizar su actividad recientemente por no poder superar dichas dificultades, como la Galería La Magdalena o The Art Boulevard.

Por otro lado, comenta que a pesar de que el cierre de estas iniciativas suponga una debilitación del tejido cultural de la ciudad, siguen surgiendo otras propuestas que trabajan por revitalizarlo, como el festival de espacios alternativos Hybrid, desde el que se pretende dar visibilidad a espacios independientes en los que el emprendimiento esté involucrado. Javier considera de gran interés que festivales como éste se realicen durante los días de celebración de eventos culturales de gran visibilidad, en este caso el Art Gallery Weekend, y lo pone como ejemplo de unión de propuestas culturales que se retroalimentan y generan grandes beneficios recíprocos. Ya que las muestras al margen de la programación oficial ofrecen alternativas y dan espacio a una gran diversidad de producciones culturales que están fuera de los circuitos oficiales.

Seguidamente, Jara introduce algunas cuestiones en torno al emprendimiento cultural y las industrias culturales sobre las que reflexionar en esta sesión, y menciona los aspectos diferenciales que definen el emprendimiento cultural. Partiendo de estas ideas promueve el debate lanzando varias cuestiones: ¿desde vuestra formación y experiencia profesional creéis que podéis generar emprendimiento cultural?

Javier señala que para emprender es fundamental ser capaz de desarrollar múltiples tareas, y que el hecho de impulsar un proyecto requiere combinar labores de creación, gestión o mediación entre muchas otras. “Al emprender te conviertes en todo”, lo cual en ocasiones puede resultar algo conflictivo ya que a la vez es necesaria la especialización para canalizar tiempos y energías.

Al hilo de esto Jara lanza otras preguntas: ¿el emprendimiento cultural está relacionado con la mediación? y en un proyecto como la Quinta del Sordo ¿se le da valor a la mediación? Javier responde que la mediación es fundamental y que supone el 90 % de un proyecto con esta naturaleza. Comenta también que poco a poco se están introduciendo experiencias de mediación en distintos proyectos y menciona los ejemplos de Proyector, el festival de arte urbano de Zaragoza Asalto, o la labor de mediación con el arte urbano realizada desde Madrid Street Art.

Sobre el trabajo de estos últimos se menciona la problemática de capitalizar ciertas producciones culturales al cobrar por visitarlas-mediarlas y esto trae al debate la estigmatización que marca los proyectos culturales con una voluntad expresa de generar beneficio económico, “venta se equipara a prostitución”, y términos como “industrias culturales” tienen una connotación negativa.

Se habla de que se deben superar estas ideas y que es importante reclamar ciertas palabras y resignificarlas para revindicar otros usos, así como el valor positivo de emprender en cultura, recuperando, por ejemplo, el sentido colaborativo de la noción de empresa o entendiendo el emprendizaje y la innovación como algo intrínseco a cualquier proceso de creación.

Un participante pone como modelo los sectores de la música y el cine, al ser ámbitos de producción cultural que están mayoritariamente canalizados desde grandes industrias, para señalar que podrían extraerse de ahí algunas pautas para mejorar el desarrollo de la producción arte visual en el ámbito económico. Frente a esto, se menciona la fragilidad del mercado del arte en España y su falta de desarrollo, marcada por cuestiones como el escaso coleccionismo o el elevado IVA con el que están gravadas las obras.

Continúa Eva, integrante de Pedagogías Invisibles, explicando el desarrollo de este proyecto enfocado en la mediación cultural. Nos cuenta sus inicios a partir del encargo de una institución cultural, y el proceso de constitución en una asociación que progresivamente ha ido avanzando hacía un formato empresarial. Explica las problemáticas enfrentadas para garantizar la sostenibilidad del proyecto y las conclusiones extraídas de su experiencia con las que enfocan sus nuevos objetivos de desarrollo. Señala que el modelo de producción cultural basado en subvenciones no es sostenible a largo plazo por la inestabilidad en los programas y los presupuestos, y que el trabajo con la institución resulta difícil para estructuras pequeñas ya que el sistema de concurso público privilegia a las grandes empresas. Destaca que es necesario encontrar vías de ingreso más estables y que éstas, en su caso, están siendo testadas con el desarrollo de cursos de formación del profesorado, presenciales y on-line, o la organización de eventos. También señala la importancia de las redes y el apoyo mutuo entre los profesionales de la cultura.

Sobre la cuestión de las ayudas y subvenciones se habla de cómo el emprendizaje cultural y la búsqueda de capital para impulsar proyectos de forma independiente sustituye labores que debería asumir el estado. También del trabajo de “venta” de proyectos a la institución y sus problemáticas, de cómo requiere una adaptación constante del lenguaje a la identidad de la institución correspondiente, y también del desgaste que supone la realización de estas tareas de gestión de forma paralela a la creación.

Surge la cuestión de si la crisis ha facilitado la invención de modelos culturales, ante la que Javier responde que no ve claro si el momento de emergencia de proyectos vivido en Madrid en los últimos años responde a la crisis o tiene que ver con un ciclo generacional marcado por la propia historia del país. Para muchxs otrxs sin duda ha supuesto la creación de nuevos modelos que pasan por la generación de asociaciones entre profesionales y la creación de espacios independientes, permeables y abiertos a todo tipo de proyectos.

Se mencionan algunas ofertas de trabajo cultural precarias y también el uso de voluntarios culturales para cubrir puestos de manera gratuita.

Como cierre se propone preguntarse ¿qué es imprescindible tener en los distintos modelos culturales y por qué? Y esta cuestión pone en el centro la importancia de los públicos y la mediación como labor que establece vínculos. Desde ahí se señala cómo a pesar de que la mediación cumple una de las labores centrales para la institución cultural, sigue siendo una de sus actividades más precarizadas y peor valoradas frente a otros ámbitos como los del comisario o el gestor.

¿Cómo podemos poner en valor la mediación? Se señala la importancia de visibilizarla, de cara a la institución y al público, y también el seguir trabajando en el sector buscando otros modelos de trabajo en la mediación y en la producción cultural.

Al hilo de esto se habla del potencial que puede tener la hibridación entre estrategias de mediación y las nuevas tecnologías. También de las dificultades de financiar procesos de investigación para generar proyectos de innovación de este tipo, y frente a esto de la existencia de vías alternativas para conseguir el apoyo económico, como la plataforma Kickstarter.


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